Cuando las personas envejecen en Chile, más del 80% espera que su familia se haga cargo de cuidarle si fuese necesario (Encuesta de Calidad de Vida en la Vejez 2013) y la práctica nos muestra que los hijos acogen positivamente esa expectativa.
Si eres la cuidador de un familiar, juegas un rol vital en la vida de tu ser querido, pero también te enfrentas a un rol que puede ser muy cansador y a veces incluso poco reconocido.
Con el espíritu de animarte y apoyar tu esfuerzo cotidiano, quisiera compartir contigo algunas sugerencias:
1. Cuídate! Recuerda que tú debes estar bien para ser la ayuda que tu ser querido mayor necesita. Al menos un par de veces al mes, toma tiempo para ti, sin sentirte culpable. Asegúrate de descansar tu cuerpo y de distraer tu mente.
2. Dale espacio para olvidar. No asumas que tu ser querido recuerda incluso los aspectos más simples de la vida. No asumas que le gusta lo que siempre le ha gustado: música, viajes, comidas favoritas del pasado, visitas de grandes grupos de personas. No asumas que recuerda a su vecino de toda la vida o incluso a integrantes de la familia. Permítele recordar y olvidar a su propio ritmo.
3. Ayudar a tu ser querido a verse mejor hará que se sienta mejor. Lavarle el cabello o recortárselo puede mejorar mucho como se siente y se ve a sí misma. Ajusta su ropa a su talla actual. Comprar un par de blusones o capas coloridos fáciles de lavar puede extender la vida de su ropa.
4. No le hagas sentir incapaz. Sé considerada sobre cosas que pueden avergonzarle, como ayudarle a servirse la comida o con una silla de ruedas. Sé lo más creativa posible! Si está confundido, ayúdale con preguntas sobre su pasado y sugiriendo actividades como salir a dar un paseo o mirar fotografías familiares.
5. Sé paciente y respetuoso. Independiente de las razones por las que necesita cuidado, es importante entregar dicho cuidado de una manera que respete su dignidad e independencia. Esfuérzate por ser paciente.
6. Habla de tus emociones. No te guardes la frustración o tristeza que a veces te invade. Busca a alguien con quien puedas hablar libremente de tus días difíciles cuidando a tu ser querido.
7. Acepta ayuda. Necesitas cuidar de ti misma para cuidar a alguien más. Si otros te ofrecen ayuda, acéptala.